Destacamentos policiales en el olvido: Una crisis ignorada
Cada vez más destacamentos policiales en diversas localidades del país caen en el abandono y deterioro, afectando gravemente la calidad del servicio. Esta situación impacta especialmente a las víctimas que buscan ayuda y a los detenidos que requieren atención adecuada. El desgaste de las infraestructuras es solo una de las numerosas problemáticas, junto a la falta de logística y la escasez de recursos técnicos.
Estas precariedades son evidentes y afectan directamente la eficiencia de la institución, dificultando su capacidad de respuesta ante emergencias como accidentes de tránsito, asaltos o agresiones físicas. Para quienes buscan protección, esta deficiencia en el servicio representa una experiencia traumática y desalentadora.
Cuando un ciudadano presenta una denuncia, los centros enfrentan limitaciones debido a la falta de herramientas para atender solicitudes y dar seguimiento a los reportes. Esto no solo retrasa la respuesta a las emergencias, sino que también puede desalentar a las personas a querellarse, perpetuando así un ciclo de impunidad y desprotección.
Esta situación refleja no solo la decadencia del sistema, sino también la falta de recursos y apoyo necesarios para que las fuerzas del orden puedan desempeñar su labor de manera efectiva, incrementando así los niveles de inseguridad y desconfianza en las instituciones encargadas de proteger a la ciudadanía.
Destacamentos sumergidos en el abandono
La precariedad que vive el destacamento policial Saba Toro, ubicado en la prolongación de la avenida Constitución en la provincia de San Cristóbal, es notoria. Las condiciones afectan tanto a las autoridades como a los residentes que acuden a esta dependencia. El lugar ha sido descrito por algunos como «la antesala del infierno» debido a las condiciones deplorables que enfrenta.
Entre las principales preocupaciones están la ausencia de medidas de seguridad adecuadas, la carencia de mobiliario básico como asientos y la falta de equipamiento informático esencial como computadoras e impresoras. Además, los tendidos eléctricos están expuestos, representando un riesgo para las personas que frecuentan el lugar. Otro problema es el deterioro del baño, que no cuenta con las condiciones mínimas de privacidad y limpieza para su uso adecuado.
La estructura interna del destacamento Capitán Rafael García, ubicado en la calle Junta de Vecinos Privada en la misma provincia, es otro de los tantos establecimientos policiales que presenta un estado alarmante de deterioro. Al recorrer sus instalaciones, “De Último Minuto» pudo observar claramente la falta de cuidado, donde los hierros de la estructura están completamente corroídos, evidenciando el desamparo del lugar.
Los baños de esta edificación son otro aspecto preocupante. Estos espacios esenciales para las necesidades de los arrestados y agentes no cuentan con el acondicionamiento necesario. Las instalaciones sanitarias están en condiciones lamentables, con tuberías dañadas y una falta general de higiene.
Crisis de infraestructuras: Lama, óxido y grietas
El destacamento Supervisora Sombrero, situado en la carretera Máximo Gómez en la provincia de Baní, desempeña un rol fundamental en la seguridad y detención de privados de libertad en la región. Sin embargo, enfrenta una situación crítica de abandono que pone en peligro tanto a su personal como a los ciudadanos que buscan amparo.
La falta de cuidado es alarmante y evidente en las paredes de las edificaciones visitadas. La presencia de lama, óxido, grietas, filtraciones, falta de higiene y ventanas rotas son condiciones que no promueven el buen nombre de la institución ni de toda actividad policial.
Los dormitorios destinados al descanso de los agentes presentan un estado grave, afectando el bienestar y la efectividad del personal, necesitando intervención inmediata por parte de las autoridades competentes. La falta de un mantenimiento adecuado no solo compromete la seguridad de los agentes policiales, sino que también interfiere en la capacidad para cumplir con la misión de proteger a los comunitarios.
Dos sillas y una mesa vieja de madera: Reflejo de precariedad
Gran parte de los destacamentos de la provincia de Azua enfrentan una situación crítica de vulnerabilidad debido a la falta de atención y requerimientos necesarios. Estas unidades, esenciales para la seguridad y el orden en la región, muestran signos indiscutibles de falla estructural y carecen de equipos necesarios para operar de manera efectiva.
La falta de artefactos ha dejado al destacamento en un estado perturbador, poniendo en riesgo tanto al personal policial como a los ciudadanos que dependen de sus servicios.
El departamento policial Finca #6 enfrenta varias problemáticas que comprometen su funcionalidad. Durante un recorrido se pudo percibir cuatro paredes descascaradas y con exceso de humedad, las instalaciones carecen de las medidas necesarias para garantizar un entorno seguro.
Dentro de estos recintos, el mobiliario se limita a dos sillas acompañadas de una mesa vieja de madera, subrayando la falta de recursos y el deterioro evidente.
En espera de soluciones
Hace aproximadamente tres años, el destacamento policial del Ensanche Luperón del Distrito Nacional fue desmantelado con la promesa de construir una instalación más moderna y acorde con las demandas del sector. Sin embargo, la espera se ha alargado y, en su lugar, un destacamento móvil ha estado operando en la zona por aproximadamente un año, generando descontento entre los residentes.
Durante una reciente inspección por esta plataforma comunicacional, se pudo visualizar que los habitantes de esta zona están inconformes por la lentitud del proceso. Los residentes argumentan que, aunque la intención era reforzar la vigilancia, el cambio ha traído consigo mayores dificultades como congestionamiento vehicular y una percepción de inseguridad que parece haber aumentado en lugar de disminuir.
A pesar de las repetidas solicitudes de los habitantes para obtener una respuesta clara sobre la terminación de la construcción, las autoridades aún no han proporcionado una respuesta oficial.
Calidad del servicio en el Gran Santo Domingo
Altagracia Maldonado, joven de 27 años, expresó su preocupación por la calidad del servicio proporcionado por las autoridades en los destacamentos del Gran Santo Domingo, mencionando que «muchas veces uno tiene que irse por debajo porque necesita de ello». Estas declaraciones reflejan la frustración de los ciudadanos frente a las deficiencias en la atención policial.
Por otro lado, Luis Vargas, de 30 años, conocido como «El Negro», señaló la necesidad de investigar a los jefes de alto rango debido a que «el dinero del mantenimiento siempre está ahí, pero que lo cojan y no hagan nada es otra cosa». Estas afirmaciones sugieren un llamado a la transparencia y la rendición de cuentas dentro de las instituciones de seguridad.
“Muchos destacamentos están solo ocupando espacio, porque son más los cuentos que hacen que lo que trabajan”, señaló Marco Antonio, de 43 años, residente en el sector de San Luis, Santo Domingo Este.
Estos testimonios subrayan la urgencia de mejorar la eficiencia en las labores de los agentes policiales para garantizar un efectivo y responsable trabajo en las diferentes localidades.
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